A pesar de que se puede discutir hasta el cansancio que todo es cierto o que no hay nada cierto y que a lo más, lo predecible es tal cual como se construye la palabra: decir antes de que suceda, pero sin ninguna garantía de que va a suceder, es casi imposible dejar de predecir y casi solamente basado en el hecho de que ha sucedido antes y sigue sucediendo. Así se van construyendo modelos y así se van ajustando las predicciones del futuro, del clima y de todo lo que conocemos como cíclico que curiosamente es TODO. Digo “todo” porque como simple observación, estamos inmersos en una estructura planetaria que se mueve de acuerdo a ciclos y ritmos. Y si nos abstraemos de lo planetario y solamente vemos lo que pasa en la tierra y en nosotros mismos, igual terminamos viendo todo en términos de ciclos y ritmos.
El concepto de ciclo tiene implícito la idea de repetición y todo lo repetido es proyectado en el futuro sin mucho problema o duda. Así nos decimos que mañana existe y también pasado mañana y en unas horas más la noche caerá y luego vendrá el día. Esta tendencia a proyectar nos va dando seguridad porque es relativamente cierta pero de vez en cuando nos encontramos con sorpresas y esas certezas tambalean y aparece la incertidumbre. Por lo general la incertidumbre nos causa problemas porque no encaja en nuestro mundo predecible. Este año 2020 está lleno de incertidumbre y por supuesto van a haber muchas predicciones de todo tipo explicando el porqué de estas anomalías y los formadores de opinión y los que no creen en ellos se dividirán en partes iguales tratando de explicar y explicarse a sí mismos todo esto que no encaja y produce incertidumbre. Probablemente la consecuencia de todo esto producirá más incertidumbre aún. Después de todo, nadie realmente quiere admitir que no es posible una explicación coherente sobre todos estas transformaciones que están sucediendo en forma desenfrenada. A menos que se estudie profundamente como los cambios (de todo tipo) operan en el individuo, la sociedad y el planeta...para empezar.
Personalmente me inclino por la idea de que no es ni importante ni acertado dedicarse a explicar lo que sucede en base a lo que ha sucedido porque si me fijo bien, estas predicciones son solo correctas si están enmarcadas en lo general y no en lo particular. Los terremotos en un lugar específico se explican por estudios geológicos, geográficos, etc. pero no por que se entiendan de ese modo, se pueden predecir. Tampoco se pueden predecir los virus y estos a veces ni se entienden bien. Ni hablar de los “estallidos sociales” y menos de los económicos. Los ritmos de los procesos todavía están en la oscuridad para los que se dedican a predecir. Enfin, tengo mis serias dudas sobre como tantos expertos en todo, están constantemente ajustando sus predicciones y olvidando las anteriores.
La incertidumbre no se resuelve con predicciones ni con explicaciones. De hecho, creo que no se resuelve a ese nivel en absoluto. Creo que lo “incierto” puede ser extraordinariamente positivo para empujarnos por caminos no recorridos y en ese proceso vamos ganando en comprensión y en verdaderas certezas que las ubico a nivel interno. Si solo hago siempre el mismo camino, nunca entonces tengo la oportunidad de aprender y de ver lo que no he visto aun. De experimentar nuevas sensaciones e ideas. Me limito y limito a otros. En cambio si veo a la incertidumbre como posibilitaria, tengo la oportunidad de ver de un modo nuevo todo esto que no siempre encaja dentro de lo predecible. Sin duda pierdo la seguridad y gano en experiencia interna. Es un buen arreglo en un mundo que cada vez más está en crisis y las viejas explicaciones no encuentran mucho eco en los oídos cansados de un mundo que aspira con ansias una renovación completa.
ILUSTRACIÓN DE RAFAEL EDWARDS